El próximo 15 de mayo se celebra el Día Internacional de las Familias. Se trata de una celebración establecida en 1993 por las Naciones Unidas para remarcar el papel que desempeñan todas las familias en la educación de los hijos y las hijas desde la infancia. Esta fecha nos ofrece la oportunidad de reconocer, identificar y analizar cuestiones sociales, económicas y demográficas que afectan al desarrollo y la evolución de las unidades familiares. Sin duda, el entorno laboral y la necesidad de la conciliación son aspectos clave. Las familias y las políticas que se ocupan de las cuestiones que les afectan son fundamentales para la consecución de un desarrollo sostenible. Por eso, vamos a aprovechar esta efemérides para reflexionar sobre la importancia de adoptar medidas, tanto por parte de las empresas como de la Administración, que fomenten entornos laborales favorables para la conciliación y la corresponsabilidad.
La puesta en marcha de estas políticas proporciona múltiples beneficios, no solo a nivel familiar, sino también en el ámbito laboral y social. De acuerdo con la publicación Lugares de trabajo compatibles con la vida familiar. Políticas y prácticas para promover un trabajo decente en las cadenas de suministro mundiales de la Red Española del Pacto Mundial y UNICEF, invertir en lugares de trabajo compatibles con la vida familiar es bueno para las familias, las empresas, las economías y las sociedades en su conjunto. Según este manual, las políticas favorables a la familia contribuyen a mejorar la salud y la educación de los niños y las niñas, a alcanzar una mayor igualdad de género y un crecimiento sostenible. Asimismo, fomentan un ambiente propicio para la mejora de la productividad laboral y el incremento de la capacidad para atraer, motivar y retener a las personas trabajadoras.
¿Por qué es necesaria la conciliación?
La incorporación de las mujeres al mercado laboral suele estar condicionada por barreras sociales y culturales vinculadas a estereotipos y roles de género, y, en consecuencia, también a su situación familiar. Esto provoca que sus condiciones laborales sean peores que las de sus compañeros hombres y esa brecha se amplifica en los puestos de trabajo en los que el nivel de poder y responsabilidad es mayor. La carrera profesional de las mujeres también se ve afectada por la falta de corresponsabilidad, que les obliga a dedicar mucho más tiempo a los demás del que se dedican a sí mismas. Algo que no solo les supone una sobrecarga, sino que les pasa factura a todos los niveles y tiene un coste laboral, personal y emocional muy grande.
Por otra parte, el desarrollo de la vida familiar está supeditado a la perpetuación de un modelo en el que prevalece la presencia de la figura femenina en el hogar y en las tareas relacionadas con los cuidados. Así, las condiciones laborales tienen un impacto significativo en el bienestar de las personas trabajadoras, pero también en el de sus hijas e hijos y familias.
Se hace evidente, pues, la necesidad de fomentar la conciliación para que mujeres y hombres puedan compatibilizar el trabajo remunerado con las tareas domésticas y las responsabilidades familiares. Pero entendiendo esa conciliación de una manera más amplia que contemple también la esfera privada. Es decir, todas las personas trabajadoras deberían poder disponer de tiempo libre para el desarrollo personal, favoreciendo la conciliación de la vida personal, familiar y laboral. Es necesario que tanto las empresas como los gobiernos adopten medidas en relación con la conciliación familiar de las personas trabajadoras.
¿Cuáles son los elementos que definen la conciliación?
Los elementos que definen la conciliación de la vida laboral, familiar y personal son muy diversos. Por una parte, se encuentran la igualdad de oportunidades y la calidad de vida como parte de sus objetivos. Por otra parte, la puesta en valor del espacio doméstico, la promoción del tiempo de ocio y la utilización autónoma del tiempo deberían contribuir a su consecución.
Las políticas de conciliación tienen que convertirse en un instrumento clave para lograr una mirada más amplia, que proporcione un verdadero enfoque de corresponsabilidad y que supere la visión que entiende la conciliación como un problema privado o como una cuestión exclusiva de las mujeres. Es importante comprender que se trata de un tema que afecta a toda la sociedad. Aunque existen textos normativos tanto a nivel europeo como en el ámbito nacional (Ley 39/1999, de 5 de noviembre, para promover la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras), estos son insuficientes. Es urgente seguir trabajando para lograr una conciliación real y efectiva que permita que las mujeres y los hombres se relacionen desde la igualdad.
Medidas para la conciliación
La sociedad exige a los agentes económicos una responsabilidad social sobre sus acciones que se traduzca en compromisos efectivos y que promocione la igualdad real entre hombres y mujeres. Las políticas efectivas de conciliación pueden constituir una red de protección para las familias. Es conveniente que las empresas introduzcan medidas y estrategias de conciliación en función de sus características y de su realidad laboral que contemplen las necesidades de las personas trabajadoras derivadas de:
- El cuidado de familiares dependientes.
- El ámbito personal y de tiempo libre.
Las medidas de conciliación deben ser aplicables tanto a mujeres como a hombres, favoreciendo, así, de manera indirecta la corresponsabilidad. Para su diseño e implantación, las organizaciones pueden seguir dos caminos:
- Mejorar las condiciones establecidas por ley para favorecer la conciliación de las personas trabajadoras (por ejemplo, incrementando días de permiso o rebajando los mínimos exigidos para optar a una medida de conciliación).
- Diseñar medidas nuevas que no estén recogidas en ninguna norma de obligado cumplimiento (por ejemplo, la implantación del horario europeo, la creación de un comedor de empresa, etc.).
Las medidas de conciliación pueden agruparse en cinco categorías:
- Medidas de flexibilidad temporal (relacionadas con la distribución de la jornada laboral y la adaptación a las necesidades de las personas trabajadoras).
- Medidas de flexibilidad espacial (relacionadas con la adaptación del espacio de trabajo a las necesidades de las personas trabajadoras).
- Servicios de atención a las personas (facilitan el acceso a servicios de atención a personas dependientes).
- Medidas de adaptación del puesto de trabajo (se activan por situaciones puntuales de la persona trabajadora e implican modificaciones en el puesto de trabajo).
- Beneficios sociales (beneficios financiados total o parcialmente por la empresa que contribuyen a mejorar la gestión del tiempo de la persona trabajadora, afectando indirectamente a su grado de conciliación).
Las medidas de conciliación deben fomentar la corresponsabilidad con el cuidado que mejore el bienestar de las familias y proteja sus derechos en un mercado laboral socialmente responsable.