Conciliación
La situación de partida en la que se encuentran las mujeres en el mercado laboral se ve condicionada por la gran cantidad de barreras sociales y culturales (fruto de los estereotipos y roles de género) a las que se tienen que enfrentar día a día y que se materializan en la división sexual del trabajo.
La importancia de la vida laboral y familiar
Como consecuencia, las mujeres se incorporan al mercado laboral en peores condiciones que los hombres, desigualdad que se hace aún más evidente en los núcleos de poder y de toma de decisiones.
Por otro lado, la falta de corresponsabilidad implica que las mujeres se vean obligadas a dedicar menos tempo a sí mismas y mucho más tiempo a los demás que los hombres, lo que supuso una sobrecarga para las mujeres que les está pasando factura a todos los niveles (de salud, laboral, económico, social, etc.).
Por todo eso, se pone de manifiesto la importancia de la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, es decir, la posibilidad de compatibilizar el trabajo remunerado con las tareas domésticas y las responsabilidades familiares; y mismo extender esa conciliación a la esfera privada de las personas y la disponibilidad de tiempo libre para el desarrollo personal, hablando de manera amplia de conciliación de la vida personal, familiar y laboral.


La igualdad de oportunidades, la calidad de vida, la valorización del espacio doméstico, la promoción del tiempo de ocio, la utilización autónoma del tiempo por parte de la ciudadanía son los elementos que definen la conciliación de la vida laboral, familiar y personal.
Una conciliación que no debe ser vista como un problema privado o como una cuestión exclusiva de mujeres, sino como un tema que afecta a toda la sociedad y que, como tal, debe contar con una respuesta social. Un modelo de vida donde mujeres y hombres se relacionan desde la igualdad es beneficioso para el conjunto de la sociedad. Y para lograr esa igualdad es necesario un cambio de mentalidad, social, estructural y una implicación directa de los hombres.
Las instituciones públicas debemos potenciar medidas sociales de apoyo que faciliten a mujeres y hombres compartir en igualdad la vida personal, familiar y laboral, y reflejo de eso son los textos normativos elaborados por la Unión Europea (UE), y mismo España cuenta con una ley concreta para abordar este tema (Ley 39/1999, de 5 de noviembre, para promover la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras.). Con todo, la legislación no es suficiente. Es, por tanto, necesario promover un cambio de estructuras socioeconómicas que posibilite que esa conciliación sea real y efectiva.
Para eso proponemos en este apartado información sobre las medidas de conciliación que, de forma voluntaria y a mayores de las que por ley son de obligado cumplimiento, pueden adoptar las empresas, así como las ayudas y subvenciones que pueden solicitar para su implantación.