Corresponsabilidad: más allá del ámbito personal

En los últimos años se habla mucho del término corresponsabilidad que se suele atribuir al ámbito familiar, pero la descripción del propio término no lo vincula exclusivamente a este ámbito. En general, la corresponsabilidad se puede definir como “la responsabilidad compartida de una situación o actuación concreta entre dos o más personas. Las personas corresponsables poseen los mismos deberes y derechos en su capacidad de responder por sus actuaciones en las situaciones a su cargo” según nuestro glosario de términos.  En base a esto, la corresponsabilidad puede y debe darse más allá del ámbito familiar, se debe ejercer también en el ámbito personal y en el laboral con las personas con las que nos relacionamos. El avance en materia de igualdad en los entornos laborales y en la sociedad en la última década es notable, pero todavía quedan grandes diferencias en términos de corresponsabilidad, conciliación y brecha de género que se deben seguir recortando. A continuación, desglosamos algunas de las cifras actuales en términos de corresponsabilidad y medidas que se pueden aplicar desde las empresas y las personas trabajadoras para que las responsabilidad sean más compartidas.

Los estereotipos y roles de género, un lastre para la corresponsabilidad

La corresponsabilidad en el ámbito familiar y de las tareas domésticas es una realidad que todavía no es palpable en muchos de los hogares españoles. Una de las principales causas de que esto suceda son los estereotipos y sesgos de género que hay asociados a hombres y mujeres. Los estereotipos de género son una serie de características que una sociedad asigna a hombres y mujeres, y responden a modelos, valores, comportamientos y actitudes definidos por el sexo de las personas. Estas ideas del imaginario colectivo dibujan modelos que reflejan cómo son y deben comportarse los hombres y las mujeres, imponiendo una visión irreal y perpetuando los tópicos. Entre los factores a tener en cuenta también se encuentran los roles de género, aquellas tareas que se derivan de los estereotipos. En base a esto se defiende que los hombres y las mujeres tienen comportamientos propios de su condición sexual y los roles son las pautas de comportamiento y expectativas que se le asignan al género masculino o femenino. Por ejemplo, los estereotipos de género retratan a las mujeres como más sensibles y detallistas que los hombres y el rol de género que se les atribuye es el de cuidadoras, lo que ha llevado a que las mujeres asuman una mayor carga de cuidados y tareas del hogar de manera histórica y así lo demuestran los datos:

  • Según el Instituto Nacional de Estadística de España (INE) en 2021, un 24,4% de mujeres (de 25 a 54 años) empleadas con 1 hijo trabaja a tiempo parcial frente al 4,1% de hombres. En el caso de 3 o más hijos los porcentajes son 25,5% de mujeres y 5,0% de hombres.
  • En el 2021, el 88% de las personas que obtenían una excedencia por cuidado de hijos e hijas en Galicia eran mujeres.
  • Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo 2015 el 33,9% de mujeres trabajadoras dedican cuatro horas diarias al cuidado y educación de hijos o nietos. El 36,7% de hombres que trabajan dedican dos horas diarias a esta actividad.
  • El porcentaje más alto de mujeres trabajadoras (43,3%) que realizan tareas domésticas y de cocina dedican dos horas diarias a estas tareas. El porcentaje más alto de hombres trabajadores (42,5%) dedican una hora diaria a estas mismas tareas.

El principal escollo para alcanzar la corresponsabilidad es romper con los estereotipos y roles de género y ser plenamente conscientes de que tanto hombres como mujeres pueden desempeñar las mismas funciones y tareas. Es interesante reflexionar sobre la corresponsabilidad de las tareas del hogar y de vida personal, que van más allá de la limpieza o la comida. Quién se encarga de los regalos familiares, de la compra de los libros de texto o de los exámenes de los menores, de llevar a las mascotas al centro veterinario, de organizar las quedadas o las vacaciones, de llamar al restaurante para reservar… Pero no olvidemos el papel de las empresas y de las personas trabajadoras dentro de la sociedad.

Medidas de corresponsabilidad en las empresas

Las entidades empleadoras tienen un compromiso con la igualdad laboral adquirido por las normas regulatorias al respecto, que exigen ciertos compromisos. En paralelo a los compromisos legales para fomentar el cambio cultural hacia la igualdad y corresponsabilidad en la empresa se pueden tener en cuenta los siguientes aspectos de la Guía sobre corresponsabilidad para hombres de la Asociación de Entidades de Iniciativa e Intervención Social de Bizkaia, Gizardatz:

  1. Estrategia corporativa con perspectiva de género y en igualdad. Para ello será fundamental establecer un Plan de Igualdad que contemple los siguientes puntos, entre los que se destacan las medidas de conciliación de la vida personal, familiar y laboral para alcanzar una mayor igualdad dentro de la empresa.
  2. Aplicación y fomento de la comunicación y comportamientos no sexistas.Una empresa igualitaria debe asegurarse de que sus medios de comunicación no sean sexistas (…) esto exige una atención permanente pues el sexismo puede ser tan sutil y estar tan profundamente arraigado en nuestra cultura que sea difícil de percibir.”
  3. Educación interna y concienciación. Es fundamental que la empresa, como agente social fundamental, fomente la corresponsabilidad a través de la educación, concienciación y sensibilización.
  4. Medidas de conciliación: flexibilidad horaria, teletrabajo, ampliación de los permisos regulados para  cuidado de menores, servicios para las personas trabajadoras.

En el ámbito de las personas trabajadoras también hay mucho que se puede hacer para la corresponsabilidad de las tareas laborales. Un primer punto será analizar la carga en relación a las y los compañeros y determinar si existen cargas dispares a raíz de los roles de género. Tras un primer paso de concienciación, será determinante cambiar actitudes y actuaciones. Quizás las mujeres de la oficina sean las que se encargan siempre de los regalos en las jubilaciones o de organizar las cenas de navidad.

Repensar y cambiar nuestras formas de actuar con perspectiva de género ayuda a construir entornos más corresponsables en el ámbito personal, familiar y laboral.