Violencia de género en el trabajo

La violencia de género es el culmen de la desigualdad estructural que existe en nuestra sociedad y no es un problema privado. Por definición la violencia de género es aquella que “se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión” tal y como indica la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.

Las agresiones a mujeres son cada vez más visibles y denunciadas, por existir una mayor conciencia que en otros periodos y, en parte, gracias al esfuerzo realizado por todos los agentes sociales y, muy especialmente, por las organizaciones de mujeres en su lucha contra las violencias de género. La violencia de género no se discute y supone un rechazo colectivo, también dentro del ámbito de las empresas. 

25 de noviembre: Día Internacional contra la Violencia de Género

Los Días Internacionales de la ONU dan la oportunidad a la sociedad de sensibilizar sobre temas vitales dentro del ámbito de los derechos humanos, el desarrollo sostenible o la salud. La violencia de género se condena de manera unánime cada 25 de noviembre y lejos de desaparecer los abusos a las mujeres y niñas han aumentado. Datos de la ONU hablan de que, si antes de la pandemia casi 1 de cada 3 mujeres habían sufrido abusos a lo largo de su vida, tras el COVID-19 y resto de conflictos que vivimos en la actualidad, han elevado estas cifras de 2 a 3 mujeres, según un informe de ONU Mujeres en 13 países de referencia. 

En nuestro país las cifras continúan siendo alarmantes y la mayor degeneración de esta violencia se da en el número de mujeres asesinadas por violencia de género. En 2022, al menos, 33 mujeres han sido asesinadas por violencia de género y ya son 1.163 desde 2003, año desde el que se tienen registros. Además, el porcentaje de denuncias por violencia de género ha aumentado un 19,33% en el primer trimestre de 2022. 

Violencia de género en el trabajo

Es innegable que una parte importante de nuestro día a día sucede en los ámbitos laborales, es por ello, que las entidades tienen el compromiso de hacer los entornos laborales espacios sanos de convivencia. Las empresas son agentes de cambio y tienen un papel fundamental en la prevención y erradicación de la violencia de género. Para ello, se puede trabajar en tres campos principales basándonos en la Guía para la actuación contra la violencia de género desde el ámbito empresarial de la Dirección General de Mujer e Igualdad de Oportunidades. Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Región de Murcia: 

  • Sensibilización contra la violencia de género. Las empresas pueden ser catalizadores de sensibilización, de manera interna y externa. De cara al personal interno se pueden realizar talleres, charlas, grupos de discusión y establecer mecanismos de diálogo con las personas trabajadoras. Es muy interesante la aplicación de protocolos de acoso y violencia, para detectar casos de violencia de género entre las mujeres del personal de la empresa y establecer mecanismos de ayuda. Respecto al exterior se puede realizar sensibilización social.

  • Contratación de mujeres víctimas de violencia de género. Las mujeres que han sufrido violencia de género han pasado por una espiral de la que es muy difícil salir. En primer lugar, han conseguido denunciar una situación de violencia, que no todas son capaces de salir de ella. En segundo lugar, han tenido que hacer frente a una nueva vida, en la que muchas veces, tienen hijos e hijas a su cargo y situaciones laborales precarias. El trabajo remunerado es una herramienta de empoderamiento y emancipación al reconducir las riendas de su vida de una manera autónoma. 
  • Empresas ejemplares: qué hacer frente a una situación de violencia de género. Sufrir violencia de género es una lacra de la que es muy difícil salir, que las mujeres que trabajan en las empresas se sientan cómodas para poder denunciar la situación que están viviendo es un deber social que tienen las entidades. 
    • Para detectar esta situación de violencia en primer lugar se podrán dar síntomas de alarma: ausencias injustificadas, retrasos, estrés laboral, baja productividad… La violencia se cuela en todos los espacios de la vida de las mujeres y suele provocar baja autoestima, depresión, cansancio hasta llegar a las lesiones visibles.
    • Además, se podrá nombrar a una persona en el equipo del personal que sea “responsable de violencia de género”. Esta persona deberá trabajar en el departamento de personal o Recursos Humanos y se encargará de ser la persona responsable de crear conciencia y crear un protocolo interno de actuación que garantice la privacidad y confidencialidad de las mujeres que sufren violencia de género. 
    • Los mecanismos que se deben establecer frente a la comunicación de la violencia de género dependerá de la urgencia de los hechos. En casos no urgentes un buen instrumento de atención contra todas las violencias de género es el número de teléfono gratuito 016, el whatsapp 600 000 016 o el correo 016-online@igualdad.gob.es. Ante una situación de peligro hay que llamar al 112. 

También es importante recordar que los planes de igualdad pueden (y deben) servir para promover actuaciones a favor de las trabajadoras víctimas de violencia de género. Aunque esta materia constituye un tema voluntario tanto en el diagnóstico como en el plan, una empresa igualitaria tiene que haber analizado lo que sucede con sus trabajadoras. Así acciones como la elaboración de un protocolo de actuación ante casos de violencia de género (especialmente indicados en empresas en donde las mujeres ocupen puestos de atención presencial a la clientela), la dotación de permisos remunerados para abordar salidas a médicos especialistas, juzgados…, contratación de servicios de psicología para atender a sus trabajadoras, favorecer permisos para conciliar si tienen personas dependientes a su cargo, etc., son algunas medidas que pueden recogerse en los planes de igualdad.

Las empresas como agentes sociales implicados en la sociedad no deben quedarse en ser meros espectadores frente a la violencia de género. Se deben establecer mecanismos de sensibilización contra la violencia de género y, sobre todo, elaborar protocolos internos que aseguren el correcto acompañamiento de las mujeres que la sufren.