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La directora general de Relaciones Laborales, Elena Mancha, abogó hoy en un foro internacional sobre el impacto de estos procesos en la seguridad y salus en el trabajo, por vigilar la salud psicosocial y el riesgo de aislamiento de trabajadoras e trabajadores
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La disponibilidad permanente, los límites difusos entre la vida laboral y personal o los horarios irregulares son algunos de los peligros identificados por Relaciones Laborales
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La Xunta propone el desarrollo de marcos éticos o códigos que permitan diseñar modelos de trabajo en los que se tenga en cuenta el factor humano
La directora general de Relaciones Laborales, Elena Mancha, participó hoy en la apertura del simposio internacional sobre digitalización global y su impacto en la seguridad y salud en el trabajo organizada por la Fundación Internacional ORP de prevención de riesgos laborales. En este marco defendió que las empresas establezcan marcos que permitan proteger a las personas trabajadoras de los peligros, sobre todo en el ámbito psicosocial, que enfrentan a causa de la irrupción de la inteligencia artificial o de las plataformas digitales en sus organizaciones.
Mancha alertó de la modificación de los hábitos laborales, que están alterando los lugares de trabajo, que se están adaptando a las nuevas tecnologías con mayor intensidad tras la pandemia. “Estos avances tecnológicos pueden implicar mejoras en la producción y reducción de costes, pero también abren la puerta a nuevos riesgos laborales que las administraciones y las empresas deben abordar”, incidió la directora general.

Según relató la representante de la Xunta, las de las tecnologías que está teniendo más impacto en el ámbito del trabajo son la inteligencia artificial y las plataformas en línea. “Son tecnologías emergentes que están en proceso de aprendizaje y mejora y, por eso, pueden significar riesgos laborales a los que se deben enfrentar los empleados”, remarcó.
La Xunta aboga por combatir los riesgos psicosociales y organizativos derivados del uso de las tecnologías emergentes, que se materializan en la necesidad de adaptación de las personas trabajadoras a un mundo mecanizado, que les puede suponer estrés y frustración.
Las plataformas digitales, por otra parte, permiten la monitorización y el control sobre el trabajo de modo más acentuado, lo que puede exigir disponibilidad permanente, horarios de trabajo irregulares, límites difusos entre el trabajo y la vida privada y formas precarias de desempeñar las tareas; algo que a juicio de la directora general “puede afectar a factores de riesgo como la excesiva carga de trabajo o la propia autonomía” que deben evitarse.
Tal y como añadió Mancha, “la falta de contacto con otros compañeros provoca un aislamiento social que puede causar depresión o puede afectar a las interacciones sociales de las personas, que afecta al ítem de relaciones y apoyo social”.

Por este motivo, la Xunta insta a las empresas a buscar nuevas medidas de seguridad que aseguren el bienestar de sus trabajadores y trabajadoras para aprovechar mejor las oportunidades de la digitalización, a partir de su correcta aplicación, gestión y regulación.
La directora general alertó, por último, de la necesidad de vigilar los riesgos psicosociales a través de estrategias de seguridad y salud en las organizaciones, como las que propone la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo que pasan, por ejemplo, por el desarrollo de un marco ético, con códigos de conduta y gobernanza adecuadas; el compromiso con la prevención y el diseño de procesos de digitalización que integren los factores humanos; o la aplicación de la normativa de protección en toda su extensión.