Invertir en las mujeres: acelerar el progreso

Invertir en las mujeres: acelerar el progreso es el lema escogido este año por la ONU para celebrar el Día Internacional de la Mujer. Con este título, se pretende poner el foco en la urgencia de alcanzar la igualdad de género y el bienestar de la mujer en todos los ámbitos. Solo así se podrán generar economías prósperas y justas. Sin embargo, uno de los principales desafíos para lograrlo en 2030, tal como establecen los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es la financiación en materia de género. En la actualidad, el déficit anual en medidas de igualdad de género llega a los 360.000 millones de dólares. Es decir, de aquí a 2030, esa sería la cantidad necesaria cada año para aspirar a completar los objetivos establecidos en la Agenda.

En este sentido, son muchos los aspectos susceptibles de mejora en materia de igualdad laboral. La brecha de género en posiciones de poder y liderazgo y en los salarios es aún grande. Además, al ritmo de progreso actual, la próxima generación de mujeres seguirá dedicando una media de 2,3 horas diarias más que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Algo que continuará constituyendo un escollo para alcanzar un desarrollo profesional similar al masculino. Por otra parte, se estima que la proporción de mujeres en puestos directivos seguirá siendo inferior a la paridad incluso en 2050. Por eso, el último informe sobre el avance en los Objetivos de Desarrollo Sostenible aboga por un enfoque integrado y holístico para promover la igualdad de género. Esto implica la colaboración de todas las partes interesadas y un respaldo financiero sostenido. La falta de inversión para lograr la paridad de género pone en riesgo toda la Agenda 2030 y de ahí surge la consigna para conmemorar esta edición del 8M.

Áreas clave para una acción conjunta

Las Naciones Unidas proponen cinco áreas clave que requieren de una acción conjunta para evitar que las mujeres queden rezagadas:

  • Entender que la inversión en las mujeres es una cuestión de derechos humanos. La igualdad de género sigue siendo el mayor reto en materia de derechos humanos e invertir en las mujeres es la piedra angular para crear sociedades inclusivas.
  • Luchar contra la pobreza. Desde el año 2020, la pandemia, los conflictos geopolíticos, los desastres climáticos y las turbulencias económicas han incrementado el número de personas en situación de pobreza severa. De seguir esta tendencia, 342 millones de mujeres y niñas podrían vivir por debajo del umbral de la pobreza en 2030. Por tanto, es crucial actuar de inmediato para evitarlo.
  • Poner en marcha una financiación transformadora para la igualdad de género. Las medidas de austeridad repercuten negativamente en las mujeres, ya que reducen el gasto público en servicios esenciales, políticas de cuidados y protección social. Es fundamental implementar medidas con un enfoque de género para mitigar la desigualdad.
  • Avanzar hacia el desarrollo sostenible y una sociedad del cuidado. El actual sistema económico afecta de manera desproporcionada a las mujeres, sobre todo a aquellas que se enfrentan a múltiples discriminaciones. Ese es el motivo por el que la ONU lleva tiempo apostando por el avance hacia una sociedad del cuidado que preserve el medioambiente y la sostenibilidad, amplificando la voz de las mujeres.
  • Apoyar los feminismos que impulsan el cambio. Las organizaciones feministas lideran la lucha contra la pobreza y la desigualdad de las mujeres. Para continuar con su trabajo, necesitan recursos y es necesario incrementar el apoyo financiero que reciben.

La necesidad de un enfoque de género en la inversión en el ámbito laboral

Alcanzar la igualdad de género sería un motor que multiplicaría y aceleraría el progreso, el crecimiento económico y el desarrollo sostenible. Sin embargo, no podrá lograrse sin los recursos necesarios y estrategias definidas para la asignación de los mismos. Por ejemplo, una intervención para la generación de empleo sin un enfoque de género puede que no aborde aspectos como las normas sociales o las necesidades de cuidado infantil que impiden a las mujeres participar de manera igualitaria en el mercado laboral. Sin objetivos específicos en materia de género y sin la financiación adecuada, este tipo de medidas podrían incluso exacerbar las desigualdades en lugar de mitigarlas.

A poco más de un lustro para llegar a la meta propuesta por la Agenda 2030, es crucial priorizar medidas y programas comprometidos con la eliminación de la brecha de género y el empoderamiento femenino. La igualdad de género es un objetivo transversal a todos los objetivos globales.

En Galicia, la nueva Ley de Igualdad es un claro ejemplo de los esfuerzos realizados para lograr la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres. De hecho, entre sus objetivos se incluye integrar transversalmente la perspectiva de género en el diseño y desarrollo de las políticas públicas de la competencia de la Administración general de la Comunidad Autónoma de Galicia y de su sector público. Además, tiene un capítulo dedicado a la promoción de la igualdad de género en las políticas activas de empleo, con un artículo (116.2) que se centra en aquellos colectivos de especial vulnerabilidad en relación a la contratación de mujeres.

Este año se celebra por primera vez el 8M con esta nueva normativa en vigor y se espera que sea una herramienta que contribuya de manera activa a lograr la igualdad real. Un año más, desde la Xunta de Galicia renovamos nuestro compromiso de impulsar políticas y acciones que ayuden a reducir la brecha laboral, fomenten la conciliación, la corresponsabilidad y el reconocimiento del rol transformador que desempeñan todas las mujeres en nuestra sociedad.