El Pacto Mundial es una iniciativa de las Naciones Unidas que llama a las empresas a alinear sus estrategias con Diez Principios universales sobre derechos humanos, normas laborales, medioambiente y lucha contra la corrupción. Estos Diez Principios están fundamentados en diversas declaraciones de las Naciones Unidas y cuentan con un consenso universal. La iniciativa suma más de 20 años de experiencia con más de 60 plataformas estatales que se encargan de generar una comunidad local que atienda a estos principios éticos y que velan también por la igualdad laboral. Los Diez Principios del Pacto Mundial se dividen en 4 áreas de actuación: derechos humanos, normas laborales, medioambiente y anticorrupción.
El acuerdo está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, generando una interrelación imprescindible, vinculada al progreso, al desarrollo sostenible e igualitario con impacto directo en las empresas y en la sociedad civil. Ambas iniciativas ofrecen una guía de acción estratégica para que las organizaciones actúen de forma responsable y puedan tener un impacto positivo en su personal y en el contexto socio-económico local.
En este post hablaremos de las acciones de las Naciones Unidas y de los principios que rigen el contexto laboral, específicamente de aquellos con más vinculación a la igualdad laboral que son el principio 3 y el 6.

Forward Faster, una iniciativa de las Naciones Unidades para acelerar el cambio
A tan solo cinco años, muchos de los objetivos y metas de la Agenda 2030 están lejos de alcanzar los niveles deseados. El impacto del COVID-19, los conflictos geopolíticos y la inestabilidad climática, son algunos de los factores que están ralentizando la implantación de los ODS y de los Diez Principios del Pacto Mundial. Conscientes de esta lenta progresión, las Naciones Unidas impulsan Forward Faster, una llamada a la acción empresarial, para acelerar el avance hacia los objetivos de la Agenda 2030. La iniciativa propone fijar objetivos cuantificables en 5 áreas clave, que considera imprescindible para el progreso sostenible; igualdad de género, acción climática, salario digno, agua y finanzas e inversiones sostenibles.
En datos de 2023 de las Naciones Unidas sobre el ODS 5. Igualdad de género, tan solo el 15,4% de los indicadores parecían avanzar correctamente, mientras el 61,5% estaban a distancia moderada y el 23,1% se situaba muy lejos de alcanzar la meta. Por lo tanto, las empresas que se sumen a esta iniciativa se comprometen a conseguir la representación, participación y liderazgo igualitarios en todos los niveles de gestión y a alcanzar la igualdad salarial para un trabajo de igual valor para 2030.
La ONU afirma que la pandemia del COVID-19 ha provocado el mayor aumento de la desigualdad entre los países en tres décadas. Es por eso que la iniciativa Forward Faster también contribuye a la consecución de las metas del ODS 10. Reducción de desigualdades formulando dos objetivos concretos para las empresas que se sumen al cambio; el 100% de las personas trabajadoras de toda la organización ganarán un salario digno para el año 2030 y se establecerá un plan de acción conjunto con contratistas, socios de la cadena de suministro y otras partes interesadas clave para trabajar hacia el logro de salarios dignos y/o ingresos dignos con hitos mensurables y limitados en el tiempo.
El principio 3 del Pacto Mundial y su vinculación con la igualdad laboral
El principio 3, dentro de las normas laborales del Pacto Mundial, declara que las empresas deben apoyar la libertad de afiliación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva. La Declaración Universal de los Derechos Humanos recoge en su artículo 20 el derecho a la libertad de reunión y asociación. El derecho de afiliación y de asociación no es una medida laboral específica, sino un derecho universal que por lo tanto, no puede resultar objeto de discriminación o represalia.
Este mecanismo permite a las personas trabajadoras tener un canal de comunicación directo con la dirección de la empresa desde el que ejercer sus derechos e intereses socio-económicos. En los procesos de negociación colectiva participan ambas partes a través de representantes que velan por las reivindicaciones y necesidades colectivas. Tener este espacio regulado de diálogo e intercambio promueve la implementación de mejoras laborales, la consecución de objetivos y analiza las propuestas de compromiso mutuo.
Los procesos de representación y de negociación colectiva han sido históricamente – y lo continúan siendo- imprescindibles para la resolución de conflictos y la regulación laboral. Pese a suceder localmente, su impacto es global. Esta oportunidad de tener una “voz” que represente una colectividad ha beneficiado especialmente a colectivos más vulnerables, entre los que se incluyen las mujeres. Al tener menor representación en puestos de alta dirección y liderazgo, estas oportunidades de representación colectiva han sido imprescindibles para reivindicar los derechos laborales de las mujeres, avanzar en medidas de igualdad y garantizar la participación de las trabajadoras en la toma de decisiones y en el diseño de protocolos y medidas específicas que las beneficien.

El principio 6 del Pacto Mundial y su contribución a la igualdad laboral
El principio 6 indica que las empresas deben apoyar la abolición de las prácticas de discriminación en el empleo y la ocupación. La desigualdad es uno de los mayores retos de nuestra era y afecta de manera profunda a las mujeres en el contexto laboral. En este proceso, es importante que tanto los agentes sociales como el tejido productivo tomen conciencia y actúen en consecuencia para mejorar el contexto, escogiendo la diversidad y la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres como vía para el desarrollo y no como ocasión para la segmentación.
Tener un trabajo digno, con capacidad de crecimiento y desarrollo profesional es algo imprescindible, por lo que las empresas, han de priorizar el trato igualitario y el desarrollo profesional como eje vertebrador de sus políticas de igualdad. La no discriminación en el contexto laboral, defiende que las entidades no deben generar un contexto laboral donde las personas se vean desventajadas en el trato, en las oportunidades, excluídas o con menos derechos por razón de su raza, sexo, religión, opiniones políticas, nacionalidad de origen o extracción social.
Aplicando los Diez Principios del Pacto Mundial y siguiendo los ODS de la Agenda 2030 contribuimos al desarrollo social y económico de las empresas. Un ambiente laboral diverso, inclusivo e igualitario tiene un impacto positivo en la satisfacción del personal interno y de la clientela, por lo que contribuimos a la retención de talento, a la mejora del rendimiento y a la mitigación de riesgos en el entorno laboral. Esta apuesta también repercute en la economía local, estatal y global, pues fortalece la riqueza individual y colectiva y el desarrollo social.